En alemán hay un dicho: “Der Ton macht die Musik” (el tono hace la música). Se refiere a que la misma frase, dicha en otro tono (amenazante, amable, irónico, …) puede darle un sentido completamente diferente a la comunicación. Por eso mismo necesitamos de emoticons (smilies) en muchos casos para poder dar algún contexto al receptor de una comunicación escrita: no estamos enviando tonos, sino solamente texto.
Hace poco leí un artículo de Doc Searls en el que habla como tema secundario de la importancia del lenguaje que se utiliza al hablar de cierto tema. Menciona que en gran parte, es el lenguaje que ha hecho que en EEUU se vea Internet como un medio más que un lugar. Y defiende la tesis que es mucho más apropiado tratar Internet como un lugar, criticando las decisiones legales que se han hecho teniendo en mente el medio. Ese principio es compartido por Manuel Sánchez de Diego, quien dio una interesante charla en el contexto del Foro Digital.
El punto es que el lenguaje implica el uso de ciertas metáforas. Si hablamos de Internet utilizando la metáfora de lugar, hablaremos de “convivir”, “sitios”, “peligros en ciertos sitios en Internet”, “guardar información en un sitio”, “vender productos a clientes en la red”, etc. En cambio, usando la metáfora del medio, hablaremos de “contactarnos a través de internet”, “enviar información a clientes”, “conectarse a un repositorio”, “transmitir contenidos a clientes usando la red”. ¿Cuál es la importancia de eso? Que el uso de una metáfora nos sitúa en un paradigma determinado por experiencias previas, y nos predispone a tener ciertas expectativas. Eso es lo que lleva finalmente a los que toman decisiones de regulación y jurídicas a moldear lo que se puede y no se puede hacer en ese contexto. Todo eso influenciado por una elección de lenguaje que se hizo sin demasiada intención (o hubo intencionalidad?). Según Searls, eso es lo que puede matar la red que conocemos hoy en día, convirtiéndola en un sistema telefónico cualquiera bajo el control de un par de grandes empresas que frenarán la innovación y las ventajas de la red a cambio de suculentos ingresos para esas corporaciones.
Noxtrum por ejemplo no usa el lenguaje de “buscar” información, sino que habla de “encontrar” información, y eso se refleja en su botón para iniciar la búsqueda. Obviamente el lenguaje sin nada detrás no servirá mucho, o incluso nos hará perder el tiempo. Pero en el caso de tener algo útil que mostrar, si alguien no se tienta a averiguar o leer más por el hecho que el lenguaje no lo convence, sería un desperdicio aún mayor (no he usado Noxtrum así que no puedo opinar sobre cuál es el caso aquí).
Otro ejemplo de lenguaje: si hablamos de “propiedad intelectual” (propiedad industrial), inmediatamente pensamos en objetos físicos, esperaríamos que si alguien “nos quita nuestra propiedad intelectual” eso es idéntico a un robo de un objeto, defendemos. Stallman se preocupa mucho (de forma casi obsesiva según algunos) de no utilizar el lenguaje que no le gusta, como el ejemplo de arriba. Y me parece que tiene sentido. De la misma manera, también el uso del término “privativo” para referirse al software que no es libre en vez del uso del término “propietario” tiene sentido. Por un lado, decir “software propietario” es gramaticalmente erróneo, porque propietario es un adjetivo que se refiere a una persona que tiene propiedad sobre algo. No se puede aplicar a algo sobre el cual una persona tiene derechos de propiedad. Es simplemente una mala traducción del inglés “proprietary”. Y adicionalmente, utiliza el lenguaje que se asocia a “propiedad intelectual” con todo lo que ello implica. Privativo es correcto y tiene el “plus” de dar un mensaje adicional: “alguien me está privando de algo”, e inmediatamente la predisposición cambia, aún cuando ni siquiera se haya dado una opinión sobre el tema, sólo con nombrarlo. Semánticamente da exactamente lo mismo cuál término usar, pero existe cierta intencionalidad en la elección, la misma intencionalidad que se tiene al llamar a una versión de software “Reduced Media Edition“.
El lenguaje importa, y al utilizar un cierto lenguaje, independiente del objetivo para el cual lo utilizamos, ya está formando parte de nuestro mensaje. Seamos concientes de eso.