Ese término me dio que pensar cuando leí esta publicación de Nicholas Carr. Se refiere a que los gerentes tienden a preferir tener sus recursos de TI en un lugar donde los tengan bajo su control en vez de utilizar el outsourcing. Y en una gran cantidad de casos, esa preferencia no es justificable más que por un sentimiento visceral. Creo que todos tenemos algo de “box hugger” dentro de nosotros en mayor o menor medida.
Incluso se puede generalizar esta idea a la información y recursos que usamos todos los días. No es fácil aceptar que dependamos de algo que no somos capaces de controlar, y cuya fragilidad a veces nos asusta. Probablemente eso sea también la causa del efecto que se produce cuando existe una amenaza real de que un recurso útil puede desaparecer. Eso fue lo que sucedió cuando se intentó prohibir la publicación del código DeCSS: el efecto fue justamente el contrario: ese código se diseminó a una velocidad brutal.
Pero hay casos en los que, aún hoy en día, hay recursos con los que contamos a diario y que pueden desaparecer de un día a otro. El último ejemplo de eso es lo que ocurrió con el cierre del blog de Mauricio Hoffmann, que ya está fuera del aire y solamente queda la referencia en el cache de google (lo cual probablemente durará un tiempo y se eliminará), y no está disponible en el Internet Archive a través de su “Way Back Machine”. Y no es el único ejemplo: algo parecido ocurrió con el cierre del blog de los bacanes de la cuarta. En estos casos el tener un poco de aversión a la falta de control puede ser algo bueno, pero generalmente nos damos cuenta cuando es demasiado tarde.